La perplejidad en que pervive el personaje principal de esta novela -que, a su vez, es quien la escribe- ocasiona que el relato que borronea se entremezcle con la ocurrencia de hechos extraordinarios que podrian ser el producto de su aguda sensibilidad, de su genio y talante, de la consecuencia de sus propios delirios y suenos, o la conjuncion de todo ello. En cualquier caso, constituyen el fruto de su inusitada creatividad y de su personalidad embebida en el asombro.La narracion traza un lienzo matizado en hondas cuestiones vitales -el arte y la musica; el amor y la soledad; la muerte-, que componen el telon de fondo de un planteamiento todavia mas complejo: las travesuras de la realidad, sus exuberancias y caprichos, que son percibidos unicamente por espiritus inquietos e inquisidores que viven en perpetua duda y desconcierto.Esta singular alegoria llevara al lector a privilegiar el lenguaje simbolico -y la poesia inmersa en la prosa- sobre la historia como categoria propia. No obstante, el relato depara una sorpresa, un giro prodigioso que subvierte la trama y que resulta ser un audaz recurso narrativo.Trinos y otras soledades es una novela diferente, entretenida y profunda que atrapa gratamente por su lenguaje depurado, por su trama sumamente original y, tambien, por los temas propuestos y la forma de plantearlos.